viernes, 22 de marzo de 2013

CÍRCULO ENERGÉTICO





Este ejercicio está basado en el concepto de “circuito energético”. Puede practicarse con un mínimo de dos personas, aunque será mucho más benéfico cuanto más numeroso sea el grupo.

Formad un círculo y daos las manos, con la palma de la mano izquierda (lado Yin) vuelta hacia arriba y la de la derecha (lado Yang) hacia abajo. Procurad que el contacto de vuestras palmas sea total. Separa las piernas y siente tus pies, tus plantas tocando el suelo. Relaja las piernas y flexiona levemente las rodillas. Relaja igualmente la pelvis y procura que forme una línea recta con el tronco, para que la energía que asciende desde el chakra raíz  no tropiece con ningún obstáculo. Mantén la cabeza erguida, como si una cuerda tirará de tu coronilla hacia arriba. Afloja el cuello. Sienta la energía que recorre tu cuerpo, fluyendo y vibrando dentro de ti. Déjate llevar por tus sensaciones. Siente las manos de tus compañeros, repara en la forma que en les estás transmitiendo la energía vital universal.

Cantando todos juntos el mantra “OM” la meditación ganará en intensidad.

Cuando llevéis algún tiempo practicando el ejercicio, podréis transformar el circuito en una rueda curativa.
Haced que uno de los participantes os conduzca a través de la siguiente visualización: “Imagina que una luz blanca y divina está penetrando en ti por tu chakra craneal. Llega hasta tu corazón y desde allí, empieza a irradiar su energía curativa hacia el centro del círculo. Entonces se une con las energías de cada uno de nosotros, formando una enrome bola blanca de vibraciones divinas dotada de una gran capacidad curativa.

Ahora puedes convocar a todas aquellas personas de tu entorno que necesiten curarse. Haz que se sitúen en el centro de la rueda. Cuando termines, ponte a ti mismo y a la madre Tierra en el centro del circuito. Ábrete todo lo que puedas a la energía del amor curativo. Deja que su flujo le atraviese y que las sombras se conviertan en un rayo de luz resplandeciente…”.

En este punto hay que darles a los participantes para que se dejen inundar por la fuerza curativa. Cada cual se despedirá, bendiciéndolos, de los seres que convocó. Para finalizar nos imaginaremos que nuestro cuerpo físico y astral vuelven a reunirse y abriremos lentamente los ojos. Ha llegado el momento de disolver el circuito energético. Antes de soltarte, puedes agradecerle a Dios, a los demás y a ti mismo, que te hayan permitido tener una experiencia tan hermosa.

 

Resumen: Fomento de la conciencia grupal. Apertura del chakra del corazón. Unión con otras partes de lo creado. Elevación de la frecuencia vibratoria. Activación de las fuerzas corporales autocurativas. Duración mínima: 5 minutos. Se recomienda invertir 10 minutos.

 


 

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