lunes, 28 de septiembre de 2009

Cuando la montaña despierta,
un rastro de lava queda en mi alma;
la isla gime como gata en celo,
y un pensamiento infinito
pasa por la puerta de mi cuerpo

La espuma en la orilla
borra sutilmente los sentidos,
con un pensamiento
que es mar de amor olvidado;

Vive en el tiempo, el deseo;
También la negra soledad,
buscada tras el muro espeso de la noche;

misterio robado a la arena,
para entregar desde las entrañas,
el calor de una caricia
con el alma helada
como Ofelia en el lago,
inerte,sin tu cariño.

Después de perseguirte en la distancia
Apreté mis muslos hasta hacerme daño,
Para no sentirte dentro, para saberte lejos, una noche más.